Lana partía de un listón muy alto que fue el aclamado por la crítica Norman Fucking Rockwell!, el cual fascinó a todo el mundo. Pero Lana tiene tanto que contar que este nuevo disco no lo hace en absoluto menos.
Lana reaparece como una cara b de su predecesor pero con un enfoque totalmente diferente, en el que se apuesta por la sencillez, sin mayor pretensión de contar como se encuentra. Un sonido que se puede focalizar más en una estética más acústica, acompañado de sonidos de percusión y cuerda; acercándose al folk y al country más psicodélico, muy intimista, y con una nube de producción muy sucia para transmitir esa sensación de reflexión casera.
Las letras cogen un peso fundamental en el disco; en el que Lana continúa hablando de ese camino desde el anonimato al estrellato, el cual no ha estado libre de polémica. Ese orgullo de haber llegado tal lejos y esa añoranza por el anonimato, mezclado con ese arrepentimiento de no haber disfrutado esos momentos tan felices. Lana intenta escapar de esa presión de la fama y juega con ese equilibrio entre el estrellato y el anonimato. La pega la podemos poner en lo repetitivo que suena el mensaje durante todo el disco.
Lana se toma el tiempo cantando como antes nunca la habíamos escuchado. Vemos un juego vocal, con diferentes tonalidad que se mezclan con esos sonidos de cuerda de forma muy armoniosa y que le otorgan ese toque melancólico que nos ha encantado.
Puede que Chemtrails Over The Country Club no se el mejor trabajo discográfico, pero encaja perfectamente en todo el universo Lana Del Rey. Lo diferente del disco puede ser el empoderamiento del disco, convirtiéndolo en el disco más personal y auténtico de la artista.
TOP 3: Chemtrails Over The Country Club, Let Me Love You Like A Woman y White Dress
NOTA: 8,1
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