Nada más comenzar la actuación se veía venir el desastre. Nada que ver con nuestra Iggy sino problemas de sonido. Lo que ella rapeaba no coincidía con el audio que escuchaba por el pinganillo ni los coros que todos escuchaban en plató a lo que la pobre no le quedó otra que intentar parar la actuación afirmando: “¡Perdón, pero creo que algo va mal en mi oído!”. Pasaron de ella como de comer mierda y la actuación continuó, a lo que ella más profesional que nadie se quitó sus pinganillos y se lanzó a cantar a pelo.
OTRO PUNTO POSITIVO PARA NUESTRA AZALEA.
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